La novela que reseño hoy es de la escritora norteamericana
Sharon Creech y le valió a esta una medalla Newbery en 1995, además de estas
candidaturas y premios: Rebecca Caudill Young Reader's Book Award Nominee
(1997), Sequoyah Book Award (1997), W.H. Smith's Mind-Boggling Books Award
(1996). Esta autora, igual que Neil Gaiman, tiene la suerte de tener tanto la
Newbery como la Carnegie.
Título: Entre dos
lunas (Walk Two Moons)
Autora:
Sharon Creech
Páginas:
280
Año de
publicación: 1996
Valoración:
9/10
Walk Two Moons es una matrioshka literaria en la que se cuentan
tres historias y muchos sentimientos. Salamanca (Sal) es una chica de 13 años
que se embarca en un viaje en coche con sus abuelos paternos a través de los
Estados Unidos para rencontrarse con su madre, que dejó el hogar tras una depresión
con la intención volver a ser ella misma. Mientras viajan Sal les cuenta la
historia de su amiga Phoebe, cuya madre recientemente también abandonó el hogar
durante una temporada, y a la vez nos va contando la suya propia, haciendo de
espejo de la de Phoebe.
Esta novela me ha sorprendido porque no esperaba que tratara
de temas tan serios, mucho menos con la profundidad que lo hace desde el punto
de vista de una adolescente. A través de la narración de la historia de Phoebe,
Sal va desgranando sus propios sentimientos, ve en Phoebe una versión de ella
misma cuando su madre se fue y analiza por qué se sintió o sigue sintiéndose
así. De esta forma se da cuenta de muchas cosas, como el sentimiento de culpa
que ambas tienen, la necesidad de buscar culpables para salvaguardar el amor
por la persona perdida, cómo su mal humor ha podido herir a las demás partes
afectadas, etc. También intenta analizar el comportamiento de los adultos y
entender este mundo tan raro en el que a veces lo más bonito del mundo de repente se vuelve tan complicado.Y como su amigo Ben dice y ella no puede entender, ¿cómo puede ser algo normal y horrible a la vez? Como adultos también vamos a ver conflictos propios reflejados, en especial con las "agendas" personales, ya que Sal va a entender que muchas veces la gente tiene planes o cosas que resolver en la vida que chocan de manera frontal con la "agenda", o los planes y expectativas, de la gente que más queremos, pero aun así cada uno tenemos nuestra propia agenda que cumplir y no podemos exigir a los demás que vivan de acuerdo a la nuestra.
En esta novela se habla de la pérdida, de la muerte, de la
amistad, de la enfermedad, de la familia, de la sociedad y lo que puede llegar
a exigirnos, de las cargas emocionales que todos llevamos a cuestas y, sobre
todo, de la empatía.
Si bien es cierto que en algunas ocasiones puede ser un
poquito cursi, la profundidad y el análisis de los sentimientos que trata la
historia valen muchísimo la pena. En ocasiones
es bastante incómoda, porque desde la perspectiva de dos adolescentes que se
encuentran totalmente perdidas en sus sentimientos nos enfrentamos a temas muy
duros que la autora no nos deja pasar de puntillas, nos tenemos que sumergir en
ellos completamente.
Pero dejando a un lado la intensidad de temas transcendentales, también hay momentos muy cómicos gracias a las paranoias de Phoebe o a las relaciones/conversaciones adolescentes en el instituto.
Pero dejando a un lado la intensidad de temas transcendentales, también hay momentos muy cómicos gracias a las paranoias de Phoebe o a las relaciones/conversaciones adolescentes en el instituto.
La única pega que le pondría es la portada, que,aunque bonita, hace pensar que la novela puede estar enfocada a un público más infantil y esto puede hacer que el sector adolescente la rechace, lo cual es una pena.
A mí me ha emocionado mucho y ya tengo ganas de leer más
historias de esta autora. ¿Os animáis?
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